Los mercados alcistas caen en mercados bajistas a medida que cambia el ciclo económico y luego el mercado vuelve a crecer con fuerza. Los inversores en acciones a largo plazo, en su mayor parte, pueden mantener su dinero en juego, capear la tormenta y esperar el inevitable rebote.
No existe tal precedente para la tormenta que está afectando a los criptomercados, pero eso no significa que las monedas digitales no puedan seguir siendo una buena inversión.
El miedo a la volatilidad
Mucha gente no invierte en criptomonedas porque no tienen el estómago para los cambios bruscos de precios que definieron el comercio de criptomonedas mucho antes de la agitación del mercado más reciente.
La volatilidad de la montaña rusa difícilmente es un producto de su imaginación, pero aquellos que pierden más con los altibajos del mercado tienden a ser aquellos que persiguen ganancias grandes y rápidas. Puede protegerse de la volatilidad con los mismos principios que se aplican a la inversión en acciones: diversifique sus participaciones, evite intentar cronometrar el mercado y elija ganadores en los que crea y manténgalos a largo plazo.
Aun se tiene miedo al efecto de las .com
Al igual que sucedió con Internet a principios de los años 90, todavía hay analistas creíbles en la actualidad que simplemente no creen que las criptomonedas tengan futuro, y uno de cada cinco de los encuestados del estudio citó esa razón como la razón por la que no invierten en monedas digitales.
Como resultó ser el caso con esos detractores en los primeros días de la World Wide Web, esa es una posición miope para tomar en 2022.
Las nuevas tecnologías, como el metaverso y las NFT, dependen de las criptomonedas y demuestran que tendrán casos de uso en el futuro. Los criptomercados se están volviendo de un tamaño y sofisticación que hace que sea imposible descartarlos como una mera moda pasajera.
Es un mercado sin regulación
También existen muchas personas que desconfían de la falta de regulación de la industria. Muchos de los expertos sienten que tienen razón, pero el lado positivo de la crisis actual es que la calamidad que se está desarrollando actualmente conducirá casi con certeza a una supervisión más estricta.
Anteriormente hemos cubierto cómo algunos intercambios de cifrado no regulados no han mostrado suficiente rigurosidad en lo que respecta al cumplimiento.
Por eso es tan importante que los reguladores a nivel mundial protejan a los consumidores de los actores de mala fe, de manera específica y proporcionada. Las criptomonedas pueden tener un futuro brillante como una industria madura y regulada.