Existen ciertas preguntas clásicas en el ámbito de las finanzas personales, como por ejemplo: ¿Es más conveniente comprar o alquilar? ¿Debería comprar ahora o esperar? Y también, ¿es mejor recibir un salario distribuido en 12, 14 o incluso más pagas? En este artículo, nos proponemos analizar los pros y contras de recibir un salario distribuido en 12 o 14 pagas, aunque en muchas ocasiones se trata de una cuestión de preferencias personales.
Es importante tener en cuenta que el dilema de las 12 o 14 pagas es una práctica muy arraigada en España, pero que no se discute tanto en otros países debido a que no es una práctica tan común fuera de nuestras fronteras. En nuestro país, esta práctica se ha extendido durante décadas gracias a la inclusión de dos pagas extra en los salarios de los trabajadores. Con el paso del tiempo, algunas empresas o sectores han optado por incrementar este número (distribuyendo el sueldo en 15 pagas o más), mientras que otras han decidido reducirlo (pagando el salario en 12 pagas). Es importante mencionar que en muchos países los salarios se pagan en periodos diferentes (semanales o quincenales).
Normalmente, la elección de cobrar en 12 o 14 pagas no suele estar en manos del trabajador, ya que las empresas tienen sus propios hábitos de pago y suelen aplicar el mismo ritmo de cobro para todos los empleados.
El dilema de las 12 o 14 pagas
La cantidad neta a cobrar es la misma después de un año, independientemente de si se recibe en varias «cuotas» o en una sola. La diferencia radica en si se obtiene el dinero completo antes o después, y si se prefiere recibir la misma cantidad cada mes o tener algunos meses con un ingreso extra. Por lo tanto, este es más bien un debate psicológico que económico, aunque hay ciertos aspectos financieros que considerar.
Aquellos que abogan por las 12 pagas argumentan que prefieren organizarse por su cuenta en lugar de que alguien les distribuya el dinero. Por otro lado, los defensores de las 14 pagas prefieren recibir dos pagas extras al año, lo que les permite vivir con un presupuesto más reducido cada mes y, posteriormente, ahorrar o disponer de un dinero extra en dos ocasiones al año. De hecho, los expertos sugieren que las 12 pagas podrían ser una mejor opción para aquellos que son más organizados con sus finanzas, mientras que las 14 pagas podrían ser más adecuadas para quienes no son tan organizados o no están dispuestos a ahorrar de forma periódica. En última instancia, es una cuestión de preferencia personal.
Por lo general, las pagas extras suelen ser en julio, antes del verano, y en diciembre, antes de la Navidad. Sin embargo, al tener que esperar a esos meses, los trabajadores que reciben 14 pagas tienen que esperar más tiempo para recibir su dinero que aquellos que reciben sólo 12 pagas. Si bien a algunos trabajadores esto no les importa, otros preferirían tener el dinero en sus manos antes que esperar a que la empresa se lo entregue. Esto puede incluso ser importante desde una perspectiva de inversión, ya que cuanto antes se tenga el dinero, antes se puede poner a trabajar.
Por esta razón, algunos prefieren tener un salario neto ligeramente inferior, acostumbrándose a vivir con esa cantidad y reservando el dinero extra para las pagas extras, que pueden ser útiles para financiar vacaciones, reparaciones, citas con el dentista, etc. En general, este debate se inclina más hacia la organización financiera personal de cada individuo que hacia un tema económico en sí mismo.
En conclusión, aquellos que defienden las 12 pagas argumentan que prefieren tener el dinero antes y tener una mejor organización financiera, mientras que aquellos que defienden las 14 pagas prefieren tener un par de pagas extras para ahorrar o enfrentar gastos imprevistos, y acostumbrarse a vivir con menos dinero cada mes.